“Me dirijo al distinguidísimo pueblo de Concepción del Uruguay, el cual habrá leído el periódico La Juventud, del 5de mayo, que los artistas Sres. Cometta se declaraban como ejecutores de las decoraciones del templo, que se están haciendo en esta ciudad. Los artistas publicando tal incursión, se pueden perjudicar por sentimiento de vanidad sirviéndose, de mérito de trabajo ajeno.
Declaro; que cuanto han publicado estos aristas Sres. Cometta, es falso y que el ejecutor u autor de las decoraciones del templo es el Sr. Puciolli, Italo.
C. del Uruguay 18/1901. Puciolli Italo”
Esta solicitada publicada en el diario La Juventud, confirma el nombre de quién fue hacedor de la decoración que cubría las paredes del templo de la Inmaculada Concepción hasta mediados del siglo XX. Este documento, completa la afirmado hace unos años por Don Nadal Sagastume - al que debemos considerar uno de los principales investigadores de la historia de la Parroquia de la Inmaculada Concepción - quién en su libro “Nuestra Parroquia”, habla de los presupuestos presentados por D. Julio Cometta y Antonio Buscaglia.
La tradición - construida popularmente, en muchos casos - ha considerado la existencia en el templo basilical de pinturas realizadas por Juan M. Blanes. Tal afirmación es difícil corroborarla, a vistas de que, hasta el momento no ha sido posible encontrar documentación alguna que la avale.
La única certeza habida, es que el Templo de la Inmaculada fue decorado íntegramente entre los años 1901 y 1902. Blanes, por ese entonces fallecía en Italia, precisamente el día 15 de abril de 1901, vale mencionar que desde el año 1898 vivía en la ciudad de Pisa.
Por el contrario, sería posible confirmar la propiedad artística de las telas que decoran el mausoleo del Gral. Urquiza y que representan, en la luneta superior el conjunto de la Sagrada Familia, y en la parte inferior, rodeando la placa mortuoria, las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores, San José y Cristo Resucitado.
Atendiendo al nombre que las rubrica, pueden adjudicarse a Reynaldo Guidicce, uno de los principales pinceles argentinos hasta la década de 1930. Merece mencionar que este pintor - fallecido en 1921 - habría transitado en su juventud el taller montevideano de Juan Manuel Blanes.
Esta sería, la mayor aproximación al nombre de Blanes con presencia en el templo.
Volviendo a las desaparición de las pinturas que recorrían las paredes de las naves central y laterales, es pertinente recuperar las palabras de Don Nadal, cuando dice “Nada de eso se podía salvar, pues estaba destruido y ardido por años de humedad, sobre débiles revoques de mezcla pobre”.