Se ha finalizado con el trabajo de recuperación de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Figura de vestir, realizada en madera y policromada, de una altura de 1,75 cm. La misma se encontraba en regular estado, haciéndose necesario intervenir en su estructura a fin de fijar nuevamente los brazos (fotos 1 y 2), buscando la posición original; exigía además restauración
Vale decir que la mencionada estatua, se incorpora a la estatuaria religiosa del Templo, como parte integrante de Altar del Calvario - durante el Curato del Pbro. Bencivenga hacia 1890 - junto a la imagen en cuestión, a la de San Juan Evangelista y la de Cristo crucificado. Altar que se mantuvo hasta 1945, según consta en la descripción que realiza el Pbro. Zoilo Bel en el inventario de ese año.
El conjunto de imágenes, fue comprada y traída de Barcelona, y pagadas por el mismo Pbro. Bencivenga, según consta en el libro de inventarios “ Dichas imágenes para el altar en que se encuentran y por los excesivos fletes que cobraron, con los derechos de aduana que me hicieron pagar, con el impuesto de ellos, me hicieron gastar como 600 m/n, a estos contribuyo la Señora (…) de Aramburu. La vestimenta de esta imagen fue costeada por la Sra. I de Aramburu, durante este curato.”
Hasta mediados del siglo XX, esta imagen junto, era llevada en procesión, según consta en diferentes boletines parroquiales de los años 1952/54.
Con el desmantelamiento de los altares laterales, esta imagen fueron retirada del templo y guardadas en la sacristía vieja, donde permanecerán hasta la década de 1980, cuando se incorporan nuevamente a los Vía Crucis públicos, en los últimos años del Curato del Pbro. Víctor Bonnin. Ocasión para la cual se confeccionará un nuevo manto, ya que el original estaba totalmente destruido.
En el año 2011, se procede a la puesta en valor de la imagen. Se limpia la madera de una cantidad considerable de clavos y tornillos habidos en la unión de los brazos a los hombros y se procede a unirlos de una manera más adecuada, particularmente el brazo derecho que se repara íntegramente y se coloca en su posición original. Igualmente aún resta, intervenir en las manos y rostro a fin de limpiar las piezas. Situación que requiere de expertos en la materia.
Además, se procedió a la restauración general del vestido. Para lo cual se procedió a la descostura general del mismo. Inmediatamente, fueron seleccionadas las piezas originales reutilizables, las que fueron limpiadas (a seco) de forma manual, como a la recuperación de los adornos dorados habidos en el mismo. Situación idéntica se siguió con las enaguas de más de cien años que lleva la imagen. En este sentido se recuperó al 90% del terciopelo e hilados originales.
En la adecuación del manto, se reemplazó el galón dorado de corte moderno que tenía, por una cinta de plata recuperada de una capa pluvial negra en desuso y en muy mal estado por la polilla. Esta prenda litúrgica databa de una fecha cercana a 1900. A fin de completar la imagen, se le incorporó un encaje de algodón español importado, donado al efecto. La foto 3 demuestra el trabajo acabado.
En todos los casos, y a efectos de ser los más fiel posible, se recurrió al testimonio de personas que vieron es su altar a estas imágenes. Para este trabajo se contó con la colaboración desinteresada de Srta. Celia Castaldi y del Sr. Miguel E. Viale.