Lentamente el templo comienza a tomar forma. Ya se ha finalizado el contrapiso del Presbiterio, quedando a la espera de la colocación del baldosado definitivo, una vez que se haya concluido con las tareas propias en el resto del edificio.
Asimismo, y en los últimos día se procedió a la puesta, en su nuevo sitio, del Altar de la Celebración. A fin de recuperar espacio y la configuración original del Presbiterio, se reubicó este Altar. Gracias a la tecnología, fue posible levantar la mesa marmórea del mismo y trasladarla unos metros más atrás, ubicándola en el centro del Presbiterio (lugar anteriormente ocupado por la sede).
Asimismo se reconstruyó el frente del altar que completa el retablo central. Lugar donde permanecerá el Sagrario, hasta la construcción de una nueva capilla interna para el Santísimo.
Vale mencionar que todo el mármol, que fuere utilizado oportunamente para la construcción - en tiempos del curato de Mons. Fiorotto - de este Altar será reutilizado, ya que se ha podido recuperar en su totalidad. El nombrado material, no solo será ocupado para el completamiento de la base del altar, sino también para la decoración del Púlpito a construir
Esta modificación del Presbiterio, ha permitido no solo alcanzar una aproximación de como fuere el templo hacia 1859, sino también mayor funcionalidad litúrgica.