Especialistas de Capital Federal tienen a cargo la realización de todas las piezas faltantes del conjunto de azulejos que cubren las res cúpulas del templo. Se estima que son cerca de 8.000 unidades que tendrán que ser repuestas en sus lugares. Vale mencionar que cada uno de estos azulejos debe ser pintado a mano y cocidos en hornos a elevadas temperaturas. Una vez completada la colocación las cúpulas serán impermeabilizadas.
Merece recordar - según dice Juan J. Segura en "Historia Eclesiástica de Entre Ríos" - que el 6 de junio de 1858 la cúpula principal ya estaba terminada. Sobre ella se izó la bandera, anunciando a la ciudad que la construcción había llegado a su punto más alto de construcción.