Larga y discutida fue la decisión para seleccionar los nuevos colores del interior del templo, pero siempre primó la determinación compartida de que el remozado templo basilical, fuese un espacio donde imperara la luz. El resultado ha sido muy bueno. En estos días es posible comenzar a ver en las paredes, molduras y cornisas estos colores y que se pueden observar en las imágenes.
Sobre estos tintes pasteles y siguiendo una misma paleta de colores, se plasmarán las escenas de la vida de María, su glorificación y el inmenso Pantocrator que mirará hacia la nave central desde el abside central.