Al igual que en las puertas, se ha trabajado en cada uno de los cuatro confesionarios, tratando de recuperar el colon de la madera con la cual fue construido cada uno. Tras quitar distintas manos de pinturas y barnices habidos, se alcanzó el estado natural de la misma, llegándose a determinar que dos de estos fueron realizados en Pino Paraná y los otros en Cedro. Lamentablemente no se ha podido encontrar aún en que año fueron comprados y ubicados en el templo.