sábado, 3 de diciembre de 2011

A casi un año del cierre del Templo

En diciembre del año 2010, se cerraban las puertas del templo de la Basílica de la Inmaculada Concepción, para dar comienzo a las obras de puesta en valor. La complejidad de la obra y decisiones posteriores - fuera del presupuesto original - hicieron que el trabajo se prolongue un tiempo más. 

El valor espiritual e histórico del lugar ameritan una extensión temporal, que quizás se prolongue por seis o más meses. Tiempo que permitirá alcanzar un elevado nivel de calidad. Es posible que hoy, se vea en templo como hace unos pocos meses, pero no es así; se están realizando intervenciones de gran porte, que exigen mucha de dedicación e importantes sumas de dinero. Se ha finalizado, la pintura interior de las paredes interiores de la nave central y de las naves laterales. Se avanza en las paredes del crucero, donde se encuentran los altares dedicados al Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Sra. del Carmen. 

Junto al trabajo de la pintura, se continúa reponiendo los azulejos Pas de Calais en la cúpula. Vale recordar que estos se están realizando individualmente en la ciudad de Buenos Aires, tratando de lograr la mayor fidelidad posible a los originales, colocados en este lugar a mediados del siglo XIX. Esta reposición exigió también un tratamiento detenido del lugar, ya que el mismo mostraba importantes rajaduras. Además, obligó a retirar materiales que con el correr de los años se habían colocado  para reemplazar piezas faltantes y que no respondían a parámetro de valor alguno, solo utilitario.

A estos trabajos, se suma el piso. Ya se han encargado las baldosones que cubrirán el templo basilical, respetando el color del existente hasta la actualidad, ya que complementa y armoniza con el color elegido de pintura. En los próximos meses, se dará inició a su colocación por sectores, tal como se hizo con la pintura interior.

También se han realizado algunas obras menores de recuperación de los altares laterales, fijación de distintos elementos del templo basilical, como la cruz que frontispicio superior, entre otras. Las obras avanzan, pero la magnitud de las mismas, exigen tiempo y dedicación.