Desde el comienzo de las tareas de puesta en valor en el Templo Basílica, se han llevado adelante tareas de restauración de imágenes y luminarias, financiadas íntegramente con la colaboración de la comunidad parroquial.
Habiéndose invertido más de $100.000, se ha recuperado casi la totalidad de las imágenes habidas en el templo y otras que se encontraban en la sacristía. Seguramente lo más importante ha sido la restauración de la imagen procesional de la Purísima Concepción, estatua religiosa de una gran carga religiosa e histórica.
El detalle de las imágenes intervenidas es el siguiente, ordenadas por su ubicación
Altares: San Sebastián (posiblemente entregada por la Junta de Temporalidades y existente en el templo desde 1785), San José, Cristo Resucitado (donado por Fulgencio del Sel), Sagrado Corazón de Jesús (donado por Fernando Bouvier en 1893), San Antonio de Padua (comprada en tiempos del Pbro. Amancio Rodríguez), San Roque (comprada hacia 1890 por suscripción de fieles), Nuestra Sra. del Carmen (comprada hacia 1901).
Hornacinas: Niño Jesús de Praga, Santa Rosa de Lima (tradicionalmente honrada como Santa Rita), Cristo Crucificado (comprados en tiempo del Pbro. Bencivenga), San Ramón Nonato (Donado por Fidel Sagastume hacia 1890), Nuestra Sra. de las Merced (donada por Rafaela del Sel).
En sacristía y depósito: San Pedro, Santa Rita, San Luis Gonzaga, Ángel de la Guarda, Nuestra Sra. de los Dolores, San Juan Evangelista, Cristo Yacente y San Luis Gonzaga. Además, una serie ocho ángeles lucernarios.
Resta aún realizar los trabajos pertinentes en las imágenes de la Inmaculada Concepción, Cristo Crucificado y Nuestra Sra. del Rosario, instalados actualmente en Casa de Catequesis.
Ademas, y con estos fondos se han puesto en valor las tres arañas de luces ubicadas en las puertas de acceso al templo, al mismo tiempo que se han comprado dos más de importante tamaño (datadas en fines del siglo XIX), para ser colocadas en el edificio. Estas, también están siendo sometidas a trabajos limpieza y revisión de la instalación eléctrica.
Junto con estos artefactos se ha realizado la limpieza general de los catorce brazos de bronce que desde las columnas iluminaban el templo, como de los cuatro ángeles que decoran los altares laterales.
Merece destacar que, gracias al aporte de todos y cada uno, se ha podido recuperar piezas importantes que hacen no solo a la vida religiosa de la ciudad, sino que son parte del patrimonio artístico y cultural de todos.