miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Imagen Patrona


 En el ocaso de la tarde de los 8 de diciembre, las puertas del templo basílica se abren y en medio de aplausos, y pañuelos al viento, se repite la tradición concepcionera, que lleva más de una centuria.
Las puertas de cedro del Paraguay están abiertas, la imagen de la Purísima Concepción aparece en el atrio, y ante ella, la comunidad renueva su alianza de fe.
Vale preguntarnos ante este acto de imponencia social indiscutible en la comunidad concepcionera, cual es la historia de esta imagen, y a la que no se debe confundir con la imagen fundadora.
Según dice Don Nadal Sagastume, la imagen perteneció a Doña Ana Dolores Urquiza de Victorica, - hija de Justo J. de Urquiza y María de la Cruz López Jordán - quién todos los años la prestaba a la parroquia para ser llevada en procesión cada 8 de diciembre. Al ausentarse definitivamente de la ciudad, la familia la donó a la comunidad de la Inmaculada Concepción, dándosele entonces el lugar de imagen patrona.
“Es la imagen de vestir que guardaba durante el año dentro de una vitrina, en la sacristía, luce el 8 de diciembre sus mejores galas: el manto de brocado de oro donado por Doña Sara Sagastume de Chiloteguy y; su cabellera natural, que perteneció alguna niña que se despojó de su medio ornamento femenino para dárselo a la Virgen; su aureola de brillantes, rubíes, esmeralda, plata, oro y platino, trabajada por un artífice del ramo, con joyas donadas por la vieja sociedad lugareña” (Nadal Sagastume: 61)
Gracias a la conservación de los libros de Actas de la Congregación de las Hijas de María, ha sido posible conocer nuevos datos sobre la imagen y los ornamentos que la adornan. Es posible decir que gran parte alhajas y joyas engarzadas en el resplandor fueron donadas entre otras personas, por Stella Sagastume de Alzogaray. Corría el año 1932.
Este mismo libro, también nos permite conocer, cuantos fueron los trajes que ha vestido la imagen. La tradición habla del que fuere donado por Sara Sagastume de Chiloteguy, pero es posible leer que hacia 1952, la familia Ratto “dona géneros para la confección de uno nuevo, encargándose la confección del mismo a la “socia señorita Clotilde Cattaneo”.
Ante el deterioro del mismo, en los últimos años la familia Ferrari del Sel, entregó a la parroquia un nuevo traje para la imagen, poniéndose el anterior en manos de Celia Castaldi, para su recuperación.
Acerca de las intervenciones sobre el rostro y las manos de la imagen es posible precisar y según la documentación existente, que antes del actual trabajo, se realizaron dos más. Una en 1952 y otra en la década 1970 – 1980. La primera se realizó en la “Casa Mojo” de Capital Federal, no habiendo datos de la segunda.
Este 8 de diciembre, en el marco del trabajo de recuperación material del templo y de los bienes que en él se encuentran, la imagen de la Purísima Concepción, ha recuperado los colores y texturas originales, gracias a la labor de restauración realizado por el Padre benedictino realizado por el Padre Leikam.